El inmueble, considerado como un icono de la arquitectura camagüeyana, data desde 1926 y la ejecución de su obra se extendió hasta 1930, según fuentes consultadas como la del arquitecto Henry Mazorra, estudioso del ambiente citadino.
El edificio fue concebido para dotar a la Sociedad Popular de Santa Cecilia de una sede distinguida para reuniones y actividades sociales, y de acuerdo con literatura especializada en historia de la arquitectura es uno de los máximos exponentes del eclecticismo local, de marcada ornamentación clasicista tanto en su interior como exterior.
Al triunfo de la Revolución, el inmueble, ubicado en áreas del Centro Histórico, proclamado uno de sus segmentos en el 2008 por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, fue empleado como círculo social obrero, luego en actividades recreativas y finalmente funcionó como la Casa de la Cultura Ignacio Agramonte.